La ciudad de Viena se encuentra conmocionada tras la cancelación de los tres conciertos de Taylor Swift previstos en el estadio Ernst Happel. La decisión fue tomada luego de que las autoridades austríacas detuvieran a un joven de 19 años que confesó planear un atentado suicida durante uno de los eventos de la artista. Este jueves, las fuerzas de seguridad también arrestaron a un segundo sospechoso, un ciudadano iraquí de 18 años, vinculado al cabecilla del plan terrorista.
El ministro del Interior de Austria, Gerhard Karner, confirmó en una rueda de prensa que los dos detenidos están acusados de apoyar los objetivos del grupo yihadista Estado Islámico. Además, un tercer sospechoso, un menor de 15 años, fue liberado tras ser interrogado, aunque su testimonio será clave en la investigación.
Según las autoridades, el principal sospechoso, de origen macedonio, había sido contratado como parte del equipo de seguridad del evento y planeaba utilizar un explosivo líquido de gran potencia para atacar a la multitud congregada fuera del estadio. El objetivo, según confesó, era causar el mayor número de víctimas posible.
La cancelación de los conciertos ha sido un golpe devastador para Taylor Swift y sus seguidores, conocidos como “swifties”. Fuentes cercanas a la artista aseguran que Swift está profundamente afectada por la situación y ha solicitado reorganizar las fechas en Austria tan pronto como sea seguro hacerlo. Sin embargo, la cantante ha optado por no hacer declaraciones públicas para no comprometer la seguridad de su equipo y sus fans en los próximos conciertos en Londres.
La amenaza terrorista en Viena ha recordado a muchos el ataque de 2017 en Manchester durante un concierto de Ariana Grande, que dejó 22 muertos. En respuesta, Taylor Swift ha decidido reforzar las medidas de seguridad para sus futuros shows, aunque las autoridades austríacas han asegurado que no buscan más sospechosos en relación con el caso.
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